Aunque con antecedentes romanos y visigodos, la ciudad amurallada que hoy y durante siglos ha sido admirada, es de origen árabe, sobre el año 713 se amuralló la plaza.
En el año 1148 fue conquistada por Alfonso I, primer rey de Portugal. Un siglo después la esposa de Alfonso II, Doña Urraca, se enamora de la Villa y este se la regala, posteriormente Don Dinis hace el mismo regalo de bodas a la reina Santa Isabel, convirtiéndose en una tradición que se ha repetido con todas las Reinas de Portugal hasta el siglo XIX como regalo de bodas, por lo que es conocida como la Villa de las Reinas.
El castillo que culmina la ciudad con unas vistas inmejorables se ha convertido en una de las Pousadas de mas prestigio de Portugal. El acceso no es bueno, con escaleras. Necesita una remodelación de su acceso, sin estropear el entorno.
Calles empedradas, casas blancas con franjas de color, buganvillas majestuosas, puertas, iglesias, cada rincón es un bello recuerdo. La calle principal Rua Direita, la única llana, una sucesión de tiendas en las que es difícil no tentar. Restaurantes y otros establecimientos donde puede probarse la ginja o la ginja con chocolate.
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